miércoles, 25 de marzo de 2009

24 /34

Si la cosa es tan fácil
yo voy, tu vienes
te miro, nos miramos, sonreímos.

Y la felicidad es simple,
caminar en noches estrelladas
por calles llenas de hojas
y perros vagos de guardianes
sentenciar los pasos lentos
de compañeros octogenarios.

Voy en bici, toco el 34
bajas, saludas, sonríes.
Subo, hablo y río como chicharra.
Me miras, te miro, bajo la mirada
pienso en dualidades, evado,
me escondo y juego a las palabras.

domingo, 22 de marzo de 2009

Bemoles
Es que esa mirada de perro triste me lastima
aún cuando los años me han enseñado que en casa ajena,
mejor no meterse sin invitación.

Pero soy curiosa, y me mata la idea de saberlo todo
de hurgar en los rincones de un corazón triste, solitario
con esa carga de bici desmontada, que va sin rumbo.

Y parece que nada fue antes de serlo
porque tanta cotidianeidad es capaz de borrarlo todo
porque he de saberlo rotúndo: No fue!

Y ahora pienso en los bemoles de sus manos
tan trémulas y silenciosas como su alma
de niño huérfano, de viajero errante.

Claro que quise darle luz de amaneceres,
pero ni las mejores intenciones cambian realidades
más soles y menos lunas, sonrisas y buena estrella.
No sé
cosa extraña
pues siempre creo saber
pero en realidad, no sé
y quisiera saber
pero, no sé.